Me maravillé y sigo maravillada cada día con toda la belleza y perfección en la Naturaleza y Todos sus Reinos.
Esa inteligencia que habita allí me fue susurrando su orden cíclico, eternamente vivo y alquímico.
Comencé a sanar con mis manos cuando era pequeña, iba tocando dulcemente las distintas capas de la piel, los músculos, los huesos, diciéndole a cada célula lo bella y perfecta que es. Iba conectando telepáticamente con cada partecita del cuerpo.
En la pubertad aprendí a meditar y a hacer yoga, con una Yoguini que vivió en mi casa, y me instruyo y me enseño mi práctica. Despertó aun más mi devoción de servicio.
En la adolescencia me conecté con una gran crisis que me llevó a renacer y a escribir mi deseo más profundo; crear una forma de facilitar la sanación y la felicidad. Y en ello sigo con todo el corazón.
Descubrí que mis heridas eran portales a heridas más grandes y más antiguas. Fui trabajando con esas memorias en mi y en tantas personas.
En la medida en que fui sanando, fui recuperando mi poder, mi energía. Me reconocí antigua recordando mis andares en otras vidas, podía volver con mi mente a cuerpas antiguas, viajando hacia dentro a mundos infinitos.
Los cristales, las flores y las obsidianas me fueron sanando cada vez más profundo. Fui acompañando almas en esa transición también.
Me formé como Psicóloga educativa, especializándome en sacar lo mejor de cada uno, trabajando la línea de la psicología positiva y estudiando sobre alquimia jungiana.
Entré en muchas escuelas iniciáticas y formativas que me ayudaron a encontrar el camino de retorno a casa. Aprendí a develar al alma en la Vida cotidiana. Me formé en Flores, Geometrías de Obsidiana, Cristales, Geometría sagrada. El estudio me encantó tanto que me formé cómo terapeuta y luego como Formadora de Terapeutas. Me vestí completamente de estas líneas: di miles de terapias acompañe procesos hermosos, abrí Llovizna escuela de Alquimia, di formaciones, charlas en congresos y una vez engullida en ello, cree mis propias formas de hacer alquimia, en armonía con los ciclos de la naturaleza y en comunión con todos los Reinos. Me descubrí canal amoroso para que todas las personas que se forman conmigo como terapeutas puedan atravesar su propia vía a la sanación y al empoderamiento de saberse únicos e irrepetibles, sabiendo que la alquimia que habita en la naturaleza y en todas sus formas, también habita en nosotros y podemos despertarla cada segundo al hacernos conscientes de esta magia.
Sigo estudiando cada día y formando terapeutas al propósito del alma, guiando procesos alquímicos, muriendo y renaciendo en una eterna danza creativa.
Doy cursos online, viajo alrededor del Mundo dando los cursos y también recibo en retiros y procesos en mi casa en el Jardín Botánico Traslasierra.
