Un huevo yoni es una geometría ovalada de piedra semipreciosa, generalmente hecha de jade, cuarzo rosa, cuarzo cristal y obsidiana entre otros materiales. Se llama «yoni» porque en sánscrito, este término se refiere al templo sagrado (la vagina).
Estos huevos se introducen y se utilizan para realizar ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico, pero van más allá del simple entrenamiento físico.
Desde una perspectiva espiritual, el uso de los huevitos yoni puede ayudar a la mujer a conectarse profundamente con sus cuerpos: energético, mental, físico, espiritual y emocional; despertando y nutriendo todos sus canales de energía y por ende todos los cuerpos.
Despertando sus memorias para sanarlas e integrarlas y ayudándolas a gobernar su vida.
Los huevitos yoni son también una poderosa herramienta para equilibrar el chakra sacro, relacionado con la creatividad, la sexualidad y la emocionalidad. Despertando la kundalini y así activando también todos los chakras.
Es importante recordar que cada huevo yoni, según el tipo de piedra del que esté hecho, puede tener propiedades energéticas específicas. Por ejemplo, el jade es conocido por su capacidad para balancear la energía, mientras que el cuarzo rosa se asocia con la energía del amor y la compasión. La obsidiana es la que más sana patologías al aspirar energía densa.
Y de todas maneras cada mujer es un Mundo diferente y los cristales resonarán de formas diferentes. Por eso es ideal verte de forma personalizada.
El uso de huevos yoni puede ser una experiencia muy personal y profundamente transformadora. Es una práctica que puede ayudar a las mujeres a entender mejor sus cuerpos y a honrar su feminidad.
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Nos vemos adentro
Sofía Knakal
